El uso de fondos prestados para financiar una inversión se basa en una cantidad “inicial” propia. Por ejemplo, si posees 100 dólares, puedes «apalancarlos» cinco veces en una casa de bolsa para obtener 500 dólares para invertir. Este proceso se lleva a cabo con el objetivo de obtener ganancias mayores que el préstamo, lo que permite pagar la deuda y obtener beneficios adicionales simultáneamente.